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domingo, marzo 23

Mariposas en el estomago, como niños .


De repente sucede, encuentras a esa persona que te hace ver el día de una manera diferente, es la persona que necesitas para poder sonreír durante todo el día. Intentas no engancharte a esa persona, ya que sabes que una vez más caerás de morros contra el suelo, pero se te hace inevitable y cada palabra suya te hace más irresistible. Y ¿qué es lo peor de todo? Lo peor de todo es que siempre queda esa duda, esa duda que no te deja disfrutar del momento porque no sabes si todas las mariposas que se van creando en tu estomago también se van creando en el suyo, y mientras la ilusión va creciendo las posibilidades de darte de bruces contra el suelo son mayores. Una vez más te sientes como una niña, pero una niña intentando jugar a no fallar.

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